Me declaro culpable.
Soy de las que pregonan la alegría de la vida a viva voz y también de las que hubiese preferido que, como país, como pueblo; me identifiquen con una rumba y no con un tango.
Debo confesar también que me sé un par y que algún otro tararero...
En fin, es eso; después del pregón y de la prensa a la risa, me entrego al hecho indiscutible de que a todos nos acecha un tango.
Tarde o temprano allí estará de música de fondo en tal o cual circunstancia...
...como cuando por esas cosas modernas de la comunicación (?) me lleno de nostalgia cuando veo que estás ahí...

all we need is love
martes, 29 de mayo de 2012
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